En auditoría, las salvedades no son un simple matiz técnico. Un auditor las incluye cuando no puede confirmar que ciertos aspectos de la contabilidad son correctos o se ajustan a la normativa. Estos profesionales asumen responsabilidad legal sobre lo que firman, por lo que las salvedades también funcionan como un mecanismo de protección ante posibles irregularidades. En el ámbito de las empresas cotizadas, en los casos más graves, una salvedad puede incluso desencadenar su exclusión del mercado bursátil.
El primer problema que señala el auditor es que ciertos gastos del PSOE —concretamente los registrados bajo el epígrafe “Servicios exteriores” en la cuenta de resultados— se contabilizan cuando se pagan, en lugar de cuando realmente se generan. Esta práctica incumple el principio contable del devengo, que es obligatorio y básico: cada gasto debe asignarse al ejercicio al que corresponde, no al momento del pago.
Es por eso que el informe advierte de que no ha sido posible cuantificar cuánto afecta este error a los resultados de 2024, porque el partido no ha facilitado información contable suficiente del ejercicio siguiente (2025). Es decir, el auditor ni siquiera puede calcular el impacto total del fallo, porque no tiene todos los datos.
El segundo problema más recurrente es la falta de transparencia sobre los grupos municipales. Aunque no están obligados por ley a incluir sus cuentas consolidadas, el PSOE sí las incorpora en el informe anual “a título informativo” señalando que son 8,5 millones de euros.
El inconveniente es que no aporta la documentación necesaria para demostrar que esos datos son correctos o completos. El auditor no puede comprobar su veracidad y deja constancia de que esa parte del informe no ha sido verificada. Esta situación, que ya se denunció en ejercicios anteriores, sigue sin resolverse.
La tercera salvedad, y probablemente la más grave, se refiere a las provisiones registradas por el partido. A 31 de diciembre de 2024, el PSOE mantenía en su balance 7,7 millones de euros en provisiones a largo plazo y 346.000 euros a corto plazo, cantidades que, según el auditor, no cumplen con los criterios exigidos por el Plan de Contabilidad adaptado a las formaciones políticas.
Estas provisiones, que deberían reservarse solo ante gastos futuros justificados y probables (como juicios y deudas), a juicio del auditor, no están debidamente sustentadas ni cuantificadas con criterios técnicos sólidos. El auditor afirma que se trata de estimaciones internas que no cumplen con los requisitos contables para ser registradas.
Como resultado, el pasivo del partido aparece inflado, es decir, más alto de lo que realmente es. Y no solo eso: los excedentes acumulados de ejercicios anteriores están sobrevalorados en 7 millones de euros, lo que distorsiona la imagen real de la situación financiera del partido. Esta observación ya figuraba en auditorías previas, pero tampoco ha sido corregida.
A diferencia del ejercicio anterior, en el informe de 2024 el auditor no señala riesgos adicionales —como ocurrió en 2023 con los activos inmobiliarios del partido—, lo que sugiere que al menos ese aspecto ha sido aclarado. Pero lo esencial se mantiene: tres salvedades graves y repetidas, que afectan a la calidad de la información contable del PSOE.
Fuentes del sector señalan que estas tres salvedades son relevantes porque no se trata de tecnicismos sin importancia: son fallos que distorsionan la imagen real del estado financiero del partido. Un partido que, como la mayoría, se nutre en gran parte de financiación pública.
Pese a los avisos reiterados, el PSOE no ha corregido estas deficiencias ni ha aportado información adicional. El auditor, como en años anteriores, deja claro que no puede garantizar la fiabilidad completa de las cuentas. Su informe no dice que los números sean falsos, pero tampoco los puede dar por buenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario