Almería/El pasado mes de julio diversas publicaciones apuntaron a que La Unión había entrado en un concurso de acreedores, algo que no era rigurosamente cierto. Los matices legales son complejos, pero José Ramón Parra Bautista, socio director del Área Mercantil-Fiscal-Concursal de Lealtadis, ha explicado a Diario de Almería los pormenores de un trabajo que ha permitido garantizar el futuro de esta mercantil almeriense.
“Con la modificación de la ley concursal en septiembre de 2022, se potenció enormemente el derecho preconcursal, lo que antes todo el mundo llamaba el preconcurso. Esto es, aquella batería de acciones o de derechos o facultades que la ley otorgaba a los deudores, y a los acreedores también para poder evitar el concurso”, señala el letrado.
“Esas herramientas son las que se han potenciado enormemente, entre ellas lo que más se está utilizando son los planes de reestructuración, que no son sino acuerdos que se pueden alcanzar entre acreedor y deudor, que conllevan no solamente reformas financieras, que es lo que todo el mundo conoce, quita y espera, sino también reformas operativas, modificaciones societarias, ampliaciones y reducciones de capital, etc.”, abunda.
En este sentido, Parra Bautista revela que lo que La Unión hizo en el verano del año pasado, al ver las “tensiones” que tenía con sus acreedores financieros, fue iniciar un proceso de acuerdo con ellos. “Ha sido un proceso largo, pero finalmente se comenzó en enero. Se firmó un acuerdo de no agresión mutua con la intención de permitir las negociaciones, entendiendo todo el mundo que La Unión era una sociedad muy relevante para Almería y que, por tanto, había que intentar mantenerla”, asevera el letrado.
Así, se presentó en el juzgado una comunicación de inicio de negociaciones con los acreedores y el citado acuerdo de no agresión, que permitió elaborar un plan de reestructuración y con él ofrecer “un marco de estabilidad a las negociaciones entre La Unión y sus acreedores financieros. “Ese marco de estabilidad se prorrogó por otros tres meses más porque no había dado tiempo a cerrar el acuerdo y finalmente se consiguió, a finales de julio, un acuerdo consensual con todas las clases de acreedores financieros, porque realmente se hizo solamente una clase”, asegura el abogado.
“La Unión ha reestructurado la deuda con sus acreedores financieros y la inmensa mayoría de acreedores financieros han votado a favor. Por tanto, La Unión ha salido enormemente reforzada del plan, que entendemos que era un paso absolutamente imprescindible para se mantenga en condiciones de normalidad en el mercado. Evidentemente, ahora mismo La Unión empieza la campaña y, por supuesto, está absolutamente comprometida en sus nuevos procesos de comercialización. Y, al no haber afectado a ninguno de sus agricultores, pues estamos esperando que los agricultores sigan teniendo confianza en La Unión y, por tanto, una vez reestructurada la deuda financiera y teniendo además una estructura de clientes de los más grandes que hay en Europa, creemos que la empresa, si hace todo lo que está planteado, que tiene que hacer, va a ser una sociedad que dará magníficas alegrías a Almería”, defiende Parra Bautista.
¿Qué es un plan de reestructuración?
Parra Bautista destaca que lo más positivo de estos planes para dar viabilidad es la posibilidad de que sean “consensuales”, en las que todas las partes voten a favor. Una vez aprobados a través de un instrumento notarial, escritura o póliza, son homologados por el juzgado, lo que provoca un “efecto muy importante: el arrastre”.
¿Y en qué consiste este arrastre? Esto significa que los acreedores que hayan votado a favor pueden obligar a los disidentes a que dicho plan se ejecute. “La herramienta que se ha aprobado ha sido este plan de reestructuración, que ha sido lo que se ha ejecutado”, apostilla el abogado.
Parra Bautista precisa que este tipo de plan propone a los acreedores que están afectados, que se reúnen y dividen en distintas clases, cada una de las cuales vota por separado. “Por ejemplo, si hay siete clases y dos han votado en contra y cinco a favor, se aprueba; aunque también existe la posibilidad de homologarlo en el supuesto de que haya menos clases a favor que en contra”, incide.
“Otro efecto fundamental es que todas las operaciones que ahí se realizan se pueden proteger, en caso de que después se vaya a concurso. Antes, cuando iban a concurso, podían echar para atrás operaciones que se habían hecho antes a través de acciones de reintegración. Ahora eso se puede proteger para que no ocurra. Eso permite que los acreedores estén más tranquilos porque, lo que se hace, no va a venir luego nadie a deshacerlo”, afirma el letrado.
El tercer efecto de un plan de este tipo es la posibilidad de obtener financiación nueva o interina, que también queda protegida. “Ese es el gran marco que se está haciendo y ahora mismo todo lo que se está haciendo, la gran mayoría de operaciones que se están haciendo en sociedades que se intentan salvar son planes de reestructuración. Cuando luego se va a concurso, el 99% son liquidaciones, que también puede tener su utilidad”, dice.
Aunque durante la entrevista no se ha concretado la deuda exacta de La Unión, el letrado subraya que si los acreedores financieros “no hubieran creído en este proyecto”, no habría sido posible alcanzar este plan consensual con ellos.
“Hay que agradecer al juzgado que además, habilitó el mes de agosto, en el que no hay nada judicialmente, para poder hacer una homologación conforme a ley en el menor tiempo posible. No es normal que se hagan operaciones judiciales en pleno agosto. Pero yo creo que todo el mundo era consciente de la importancia de que La Unión se mantuviera en condiciones de normalidad”, expone el letrado.
“La deuda de La Unión era puramente personal, ya que tiene un patrimonio muy grande que está sin carga. Ha sido un problema puntual de liquidez, no ha sido un problema de patrimonio, porque su patrimonio es grande y sin hipotecas ni nada de nada. Eso le va a permitir, yo creo que salvar su situación en un corto periodo de tiempo sin necesidad de hacer operaciones a largo plazo. Además de las operaciones financieras hay también importantes reformas operativas. Esas reformas operativas lo que pretenden es la defensa de la agricultura. Mejorar el mercado de agricultura, mejorar el mercado de alimentos, mejorar el mercado de frutas y frutas vegetales, mejorar la comercialización, acuerdos con otras compañías del mismo sector que están también utilizando a La Unión para externalizar su venta, y mejoras en temas de calidad, en procesos de comercialización”, ha ilustrado Parra Bautista.
Por ejemplo, el abogado recuerda que en Fruit Attraction La Unión ha contado con un “magnífico stand” en el se han llevado a cabo negociaciones con las principales empresas europeas en lo que se refiere a frutas y hortalizas. “En resumen, podemos decir que La Unión es viable y va a seguir siendo viable en los próximos años. Para nuestro criterio es que eso va a ser así, con el apoyo de su accionariado y el apoyo del campo haciendo las cosas bien, La Unión no debe tener problemas en eso”, concluye.
