La compañía, en pleno proceso de venta, encargó en 2013 una tasación independiente de sus buques cuyo resultado fue demoledor, al indicar un deterioro del valor de sus buques de 104 millones.
El incendio desatado este miércoles en el buque Sorrento, ferry operado por Acciona Trasmediterránea y propiedad de una filial de Grimaldi, ha vuelto a sacar a flote el delicado momento que vive la compañía, inmersa desde hace tiempo en un complejo proceso de venta que nunca termina de cristalizar. En medio de estas aguas turbulentas, en 2013, el grupo encargó a un tasador independiente realizar una valoración de todos sus buques, estudio que destapó una importante pérdida de agua, superior a los 100 millones de euros, en el valor de las naves y que llevó a advertir sobre ella al propio auditor en su último informe anual de cuentas.
"Sin que afecte a nuestra opinión de auditoría, llamamos la atención sobre lo señalado en la Nota 6 de la memoria consolidada adjunta, en la que se señala que el Grupo, tomando como referencia las tasaciones realizadas por expertos independientes, ha registrado contra la cuenta de resultados consolidada del ejercicio 2013 deterioros de su flota de buques por un importe total de 104.014 miles de euros, de los que 50.000 miles de euros corresponden a los buques operativos y otros 54.014 miles de euros a barcos integrados en una naviera perteneciente al Grupo específicamente constituida para desarrollar de manera ordenada el proceso de desinversión en estos activos", destaca Deloitte en el último informe de cuentas del grupo.
Evacuan por un incendio un ferry de Acciona Trasmediterránea que hacía la ruta Palma-Valencia |
Esta división de la flota en dos grupos forma parte del plan de ajustes que puso en marcha la compañía en 2012, entonces bajo la dirección de Ignacio Aguilera, que fue fichado procedente de su competidor Pullmantur para tratar de dar la vuelta a Trasmediterránea. Precisamente, este ejercicio de saneamiento fue el que terminó por hacer emerger el fuerte deterioro que sufre la flota de la compañía, según reconoce la propia Acciona en su informe anual correspondiente a las cuentas de 2014.
"Como consecuencia de las desviaciones sobre el plan de negocios y en relación a la optimización de flota iniciada por el subgrupo en 2012 y las pérdidas de explotación del 2013, se pusieron de manifiesto indicios de deterioro en el valor de los mismos, que llevaron al Grupo a encargar nuevas tasaciones a expertos independientes para evaluar si el valor recuperable de estos activos cubría el valor en libros al 31 de diciembre de 2013. A la vista de las valoraciones proporcionadas por la sociedad tasadora independiente Tradex Shipbrokers, S.A., el Grupo Acciona reconoció un deterioro por importe de 100 millones de euros".
El plan de reestructuración que puso en marcha Trasmediterránea hace tres años ha dado sus frutos en los números de la empresa, que el pasado ejercicio disparó su ebitda (beneficio bruto operativo) un 179%, lo que le ha permitido elevar el margen del 2,5% al 7,1%. Todo ello, a pesar de que el volumen tanto de pasajeros como de vehículos cayó más del 10%. Esta mejoría de los números de la empresa es uno de los frenos que parece estar detrás de la falta de acuerdo entre Cerberus y Acciona para traspasar la naviera.
Como adelantó El Confidencial, la paciencia del fondo había llegado a su fin tras haber puesto sobre la mesa una oferta cercana a los 200 millones de euros y no haber recibido las bendiciones de Acciona al momento, y eso que esta cifra era muy superior a los 100 millones con que se especulaba inicialmente que iba a saldarse la venta de Trasmediterrána o los 130 millones que han puesto en el pasado sobre la mesa rivales como Baleària.
Acciona compró Trasmediterránea hace trece años y durante casi la mitad de este tiempo ha estado trabajando para sacar a flote el grupo, siempre con la vista puesta en su posible venta con plusvalías, reto al que no renuncia, pero que ahora se ve sacudido por el maremoto de ayer, un incendio que, no obstante, consiguió saldarse sin víctimas tras evacuarse a los 157 pasajeros de la nave que hacía la ruta Valencia-Baleares.
El Sorrento es un buque que comenzó a operar en 2003, con doble casco y sellado de combustible, y no ha sufrido ningún daño estructural. Según el relato oficial del Ministerio de Fomento, que está gestionando la crisis, el buque es propiedad de la compañía Atlantica CSPA di navigazione, filial de Grimaldi, aunque está operado por Trasmediterránea-Acciona.
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