2019-04-24 14:44:00 • 2: 04 minutos
A
través de una auditoría, un experto contable revisa la contabilidad de
una sociedad, con el objetivo de acreditar la razonabilidad de la
veracidad y fiabilidad de su contenido ante terceras personas. Pues
bien, la auditoría más común es la que se hace, de forma obligatoria, sobre las cuentas anuales de la empresa, y termina con un informe que se expresa sobre dichas cuentas, recogiendo la imagen fiel de la compañía.
De forma contraria a lo que se puede
llegar a pensar, el fin que se persigue a través de una auditoría no es
detectar un posible fraude, aunque este pueda evidenciarse durante la
realización del trabajo. Lejos de esto, lo que se intenta es
proporcionara a los agentes sociales información acerca de la corrección
de los datos contables publicados por la entidad revisada.

Requisitos del auditor
Un informe de auditoría debe de ir firmado por un experto independiente, inscrito en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) del
Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). Debe tener una
titulación universitaria, y certificar que cuenta con experiencia
profesional en una firma o despacho de auditoría de al menos tres años.
Los auditores no trabajan solos, sino
que cuentan con un equipo de profesionales auditados que realizan el
trabajo de campo siguiendo las normas establecidas en la Ley de
Auditoría. Estas son tan solo las garantías básicas que se pueden
encontrar en este grupo de auditores Madrid, que además son avalados por la profesionalidad con la que realizan su labor.
¿Cuándo es obligatorio hacer una auditoría?
La más frecuente es la auditoría
obligatoria de las cuentas anuales de una sociedad. Pero las sociedades
mercantiles tienen la obligación legal de realizar una auditoría cuando superan por dos años consecutivos, dos de los tres siguientes límites:
- una cifra de activo superior a 2,85 millones de euros;
- una cifra de negocios superior a 5,7 millones de euros,
- o un número de empleados superior a 50.
Es obligatorio también realizar una
auditoría de cuentas anuales consolidadas si se superan los parámetros
señalados para las individuales, multiplicados por cuatro en este caso.
No obstante, también puede hacerse una auditoría voluntariamente, como
ejercicio de transparencia ante terceras personas.
Pero los auditores realizan también
otros trabajos que no son auditorías propiamente dichas, aunque
necesitan para ellos procedimientos relativos a la auditoría y además,
se encuentran regulados por las normas legales que afectan a esta
materia. Tal es el caso de las pericias judiciales y los procedimientos
acordados, entre otros.
El auditor exigirá a las personas que
forman parte de la empresa la máxima colaboración, de modo que durante
unas semanas necesitará toda la atención de los empleados del
departamento contable-administrativo. Además, solicitará información
acerca de la compañía y sus saldos contables a asesores, bancos,
clientes y acreedores.
¿En qué casos puede pedir una auditoría de cuentas una sociedad?
Dentro de las sociedades anónimas o limitadas que no tengan la obligación de auditar sus cuentas, los
socios con una participación mayor del 5% podrán pedir al Registro
Mercantil de su provincia la realización de una auditoría, logrando así la mayor fiabilidad sobre su inversión.
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