Cada vez oímos más que las pequeñas y medianas firmas de auditoría deberían fusionarse o establecer alianzas a corto y medio plazo para poder adaptarse a las nuevas necesidades de sus clientes. Vd dirige Eudita Persevia Auditores, S.L. que es una empresa familiar fundada con su padre en el año 1990. ¿Es viable seguir siendo competitivos trabajando las áreas tradicionales o deberán ampliar su oferta de servicios?
En los últimos años hemos experimentado una disminución de la demanda de servicios de auditoría motivada fundamentalmente como consecuencia de la crisis que ha afectado sobremanera al tejido empresarial español provocando la desaparición de numerosas empresas que antes se auditaban y la reducción del tamaño de los activos, del importe neto de la cifra de negocios y de las plantillas medias cuya consecuencia es que muchas de las empresas que antes venían obligadas a auditarse, hayan dejado de hacerlo por haber desaparecido la obligación de auditarse. Los auditores de cuentas no hemos sido ajenos a dicho escenario de crisis y hemos tenido que ampliar la oferta de servicios hacia las áreas concursales, forenses, de consultoría, etc. para poder mantener nuestras estructuras y garantizar la viabilidad futura de nuestros despachos, pero sin abandonar ni mucho menos los servicios tradicionales de auditoría que como en nuestro caso, todavía constituyen nuestra principal fuente de actividad y la razón de ser de nuestro propio despacho. Son muchos los retos que deben abordar las firmas de auditoría españolas entre los que destacaría los de la concentración y globalización. En este sentido nuestra firma de auditoría está integrada en la Red Eudita de firmas de auditoría, que está situada entre las quince primeras firmas de auditoría españolas por nivel de facturación y por número de empleados, que tiene presencia en la práctica totalidad del territorio nacional y que a su vez está presente en más de cincuenta países a través de la red internacional INAA (International Network of Accountants and Auditors).
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Rotación de firmas, riesgos empresariales, control interno y gobernanza de empresas auditadas, son algunas de las cuestiones más relevantes en auditoría en estos momentos. Como Vicepresidente del REA+REGA CGE ¿cómo ven el futuro en el sector?
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Los auditores de cuentas y sociedades de auditoría españolas han realizado un enorme esfuerzo para superar los dos grandes retos que han tenido que afrontar los dos últimos años. Por un lado, tener implantado un sistema de control de calidad interno que asegure que los trabajos realizados observando los requerimientos establecidos por el sistema se caractericen por su calidad y adecuación a la normativa reguladora de la actividad de auditoría de cuentas en España, y por otro lado, el seguimiento de unos programas de formación continuada que les permita mantener sus conocimientos permanente actualizados, y lo han hecho con convicción y con determinación y en unas circunstancias totalmente adversas como consecuencia de la crisis económica. Por todo lo anteriormente expuesto, estoy plenamente convencido de que el auditor español sabrá dar respuesta adecuada a los nuevos retos que plantee la futura normativa y continuarán realizando trabajos de calidad como lo han hecho hasta ahora.
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Recientemente se ha hecho pública la Resolución de 15 de octubre de 2013, del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, por la que se publican las Normas Técnicas de Auditoría, resultado de la adaptación a las Normas Internacionales de Auditoría para su publicación en España. ¿Cómo acoge la profesión esta adaptación a unas normas de auditoría globales? ¿Cree que será problemática?
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<<Las nuevas normas técnicas presentan importantes diferencias formales y de estilo que dan una mayor relevancia al juicio profesional del auditor y la valoración de los riesgos de auditoría>> | |
La auditoría de las cuentas anuales de los ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2014 las tendrán que realizar los auditores de cuentas españoles con unas nuevas normas técnicas que sustituyen a las que actualmente se encontraban en vigor, que quedan automáticamente derogadas en su práctica totalidad. Se trata de 33 nuevas normas técnicas que presentan una estructura muy diferente a la que presentaban las antiguas normas técnicas de auditoría, con una parte dispositiva y otra normativa, que incluyen numerosos ejemplos, de origen sajón, por lo que presentan importantes diferencias formales y de estilo y que dan una mayor relevancia al juicio profesional del auditor y la valoración de los riesgos de auditoría a los que se encuentra expuesta la entidad auditada y el propio trabajo de auditoría. Sin duda alguna, va a requerir del auditor un importante esfuerzo de estudio, comprensión y adaptación, que me consta ya se está llevando a cabo, por lo que no espero que su adopción resulte ni problemática ni traumática, si bien, dada la magnitud del cambio normativo requerirá de un periodo de adaptación, que por otro lado, no creo que vaya a ser muy prolongado.
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A modo de síntesis, ¿qué destacaría de las recientes RICAC sobre inmovilizado material, inmovilizado intangible, principio de empresa en funcionamiento y norma de deterioro de activos ¿qué aspectos y novedades cree que habrá que vigilar más?
Las últimas Resoluciones del ICAC en materia contable vienen a precisar, completar y ampliar el tratamiento contable planteado por el PGC 07 y la relativa al principio de empresa en funcionamiento supone la adopción anticipada de los principales aspectos contemplados por la NIA 570 de empresa en funcionamiento, de un modo similar a lo que se hizo con las normas técnicas de auditoría sobre informes y sobre información comparativa que también supusieron la adopción anticipada de toda la serie 700 de las NIA. A mi juicio, la Resolución más relevante, por novedosa, publicada recientemente por el ICAC ha sido la del marco de información financiera que resulta de aplicación para empresas a las que ya no resulta de aplicación el principio de empresa en funcionamiento, que viene a cubrir el vacío contable que existía a la hora de formular las cuentas anuales de aquellas entidades que se encuentran en liquidación, que han cesado su actividad o que sus administradores consideran que no existe una alternativa más realista que liquidarse o cesar su actividad. El ICAC ha optado por un nuevo modelo que gira en torno a los principios, normas y criterios de valoración ya recogidos por el PGC, salvo el principio de empresa en funcionamiento, y fundamentalmente introduce una serie de criterios de valoración específicos para el inmovilizado intangible y material, instrumentos financieros, existencias, subvenciones y compromisos a largo plazo del personal, así como criterios para la formulación de cuentas anuales individuales y consolidadas de entidades en liquidación.
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