J.Borrajo - Madrid -
Deloitte se encuentra en su particular vía crucis en España como responsable de una de las auditorías más escandalosas de los últimos tiempos, la de Bankia, una entidad que presentó unas cuentas con beneficios de 309 millones de euros y que posteriormente se convirtieron en unas pérdidas de 3.000 millones tras la reformulación realizada por el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri.
Se trata de un caso que ha supuesto el hundimiento del banco y que ha arruinado a cientos de miles de personas, pequeños ahorradores en su gran mayoría.
Después de meses de acusaciones mutuas, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) del Ministerio de Economía ha abierto un expediente a Deloitte por considerar que su actuación en el proceso de fusión y salida a Bolsa de Bankia contiene "infracciones muy graves".
En un comunicado señala que la auditora pudo incurrir en un problema de parcialidad e incompatibilidad, porque a la vez que inspeccionaba las cuentas de Bankia, prestaba sus servicios de consultoría y asesoramiento tanto a la propia entidad financiera como a otras sociedades vinculadas al Banco Financiero y de Ahorro (BFA), accionista mayoritario de Bankia.
Según el organismo, Deloitte asesoraba sobre la reestructuración societaria de las propias entidades que se iban a auditar, "los procesos de venta de participaciones en otras entidades entre ellas" y "otras operaciones dirigidas a la generación de liquidez, con proyecciones temporales hasta el año 2015".
También ha advertido de que los trabajos de asesoramiento "fueron efectuados, en la mayoría de los casos, por las mismas personas que hicieron la auditoría".
El ICAC asegura que Deloitte podría haber incumplido en dos ocasiones "el deber de independencia de los auditores de cuentas", incurriendo, además, en "dolo o negligencia especialmente grave e inexcusable", una infracción que la Ley de Auditoría de Cuentas califica como "muy grave" y que llega a castigar con la pérdida de la licencia necesaria para seguir prestando servicio en territorio nacional.
También se ha sabido que Deloitte tenía clasificada a Bankia como una "empresa con pérdidas, (...) en punto muerto o con bajo nivel de rentabilidad", mientras trabajaba en la auditoría de las cuentas semestrales previas a su salida a Bolsa en 2011, que la firma avaló sin haber advertido de este extremo.
Según distintos expertos consultados, este es el expediente con el resultado más contundente de todos los que ha realizado nunca el ICAC sobre una firma auditora, y será difícil que la investigación no termine en sanción.
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