La Inteligencia Artificial (IA) está transformando diversos sectores, y ocupa espacios cada vez más relevantes en ámbitos como la medicina, las finanzas, los recursos humanos y también el sistema de justicia. Este avance tecnológico plantea interrogantes jurídicas complejas, especialmente en lo que respecta a la responsabilidad civil y penal. ¿Cómo se determina la responsabilidad civil o penal cuando el causante del daño es una IA? ¿Es posible hablar de intención en un sistema algorítmico?
El Problema de la Intencionalidad
Los sistemas de IA carecen de consciencia y voluntad, pues ejecutan procesos basados en datos y algoritmos. Esto choca con los fundamentos del derecho penal y civil, que requieren un elemento subjetivo para atribuir responsabilidad:
- En el derecho penal: dolo o culpa.
- En el derecho civil: incumplimiento voluntario o consciente.
Al contrario, los sistemas de IA, por definición, no piensan ni actúan con intención. Ejecutan procesos computacionales sobre la base de datos masivos y redes neuronales, sin consciencia ni voluntad.
IA como Herramienta vs. IA como Agente Autónomo
No es lo mismo utilizar una IA como herramienta —bajo control humano— que delegar decisiones sustantivas en estos sistemas. Hay que distinguir dos escenarios:
- IA como herramienta: Bajo control humano, la responsabilidad recae en el usuario. Por ejemplo, cuando un médico, abogado o un juez, utiliza una IA como complemento para procesar información, la responsabilidad jurídica se mantiene sobre el humano. Pero cuando el sistema actúa de manera autónoma, es distinto.
- IA como agente autónomo: Surge la pregunta, ¿quién asume la responsabilidad en caso de error? El asunto se complica aún más cuando la IA aprende y evoluciona con nuevos datos, lo que puede llevar a resultados impredecibles.
El artículo destaca que en esos casos se pierde el vínculo de causalidad directa, clave para imputar responsabilidad bajo las categorías actuales.
Desafíos en el Ámbito Judicial
El uso de IA para asignación de causas, evaluación de reincidencia o incluso sugerencias de sentencias está en expansión en varios países. El artículo analiza estos desarrollos a la luz de los principios del debido proceso. «Si una persona es evaluada por un sistema cuyo funcionamiento no puede auditarse ni comprenderse, el derecho a la defensa y a la revisión judicial se ven comprometidos.»
El paper advierte que la falta de transparencia —la llamada “caja negra algorítmica”— vulnera derechos fundamentales. Si una persona es evaluada por un sistema cuyo funcionamiento no puede auditarse ni comprenderse, el derecho a la defensa y a la revisión judicial se ven comprometidos. Y si el sistema automatizado se equivoca, ¿Quién responde? ¿El Estado que lo contrató? ¿La empresa que lo desarrolló? ¿El juez que lo utilizó sin entender cómo funciona?
Conclusiones y Desafíos Futuros
Desde la óptica del Derecho Informático, el uso de Inteligencia Artificial plantea una reconfiguración urgente de las categorías jurídicas tradicionales. Los elementos mentales —dolo, culpa, intención— no son trasladables sin más a sistemas que no tienen consciencia ni capacidad de discernimiento moral.
El Derecho debe adaptarse sin renunciar a principios fundamentales.
Urgencia de actualizar marcos normativos para abordar la «responsabilidad digital».
El Poder Judicial enfrenta el reto de: Evitar delegar decisiones cruciales a algoritmos. Garantizar transparencia y auditoría de modelos de IA. Actualizar normativas para una adecuada atribución de responsabilidad
En resumen, el sistema legal debe evolucionar para abordar los desafíos que presenta la IA, manteniendo al mismo tiempo los principios fundamentales de justicia y debido proceso. (Fuente: Diario Judicial, Santiago G. Rubin).

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