La sociedad actual exige estar informado [sic] sobre los recursos que destinan las organizaciones sociales que operan en nuestro país. Se trata de un pilar básico en la España de hoy, de la cual la Iglesia no es ajena.
Los pasos de la Conferencia Episcopal Española y de las diócesis españolas en materia de transparencia y de buen gobierno ha sido una constante en los últimos años.
Con este objetivo, en el año 2016 el episcopado creó la Oficina de Transparencia para velar así por la transparencia de sus entidades, pese a que anteriormente a su nacimiento ya se daban pasos en este ejercicio.
En los últimos años, las
diócesis han abierto sus puertas de par en par para someterse a
procesos de contabilización, captación de datos y a sistemas de control
interno que han resultado ser beneficiosos para introducirse en estas prácticas de transparencia que la sociedad demanda.
Asimismo,
cabe destacar que desde hace unos años, la Iglesia somete sus cuentas a
una auditoría externa que realiza la firma de servicios profesionales PwC, con el objetivo de valorar la contabilidad de la institución y ofrecer recomendaciones de mejora.
Con la directora de la Oficina de Transparencia de la CEE, Ester Martín, repasamos
en COPE.es cuáles han sido esos avances, los hitos logrados en estos
cinco años desde la puesta en marcha de la oficina y los pasos que se
continuarán dando en el futuro.
¿Cuál es el compromiso de la Iglesia con la transparencia?
El
contexto social ha cambiado mucho en estos años y uno de los grandes
retos que tiene la Iglesia hoy en día es actuar con transparencia.
Son
millones las personas que han depositado su confianza en la Iglesia.
Por eso, la Iglesia, comprometida con la sociedad, quiere dar respuesta a
la demanda de información que le reclaman los ciudadanos: mostrar cómo
es, cómo es su funcionamiento, dónde está presente y cómo contribuye con
toda su actividad. Las enormes exigencias que se le plantean a la
Iglesia como institución en nuestro país, no solamente en el plano
económico, han sido un gran estímulo para todas las entidades que han
querido trabajar con decisión en este camino desde el principio. Así,
las diócesis junto con la Conferencia Episcopal, no han permanecido
ajenas, y han ido implantando mejoras que ayudan a hacer las cosas mejor
y a cuidar la imagen, aunque queda todavía mucho por andar.
La
Iglesia sabe que la respuesta es la transparencia, actuar y mostrarse a
los demás con claridad, sencillez forma parte de su responsabilidad con
la sociedad y de su misión.
¿Cómo valora la sociedad este esfuerzo de la Iglesia por ser cada vez más transparente?
La
sociedad valora indudablemente que la Iglesia crezca en todas las
dimensiones de la transparencia, especialmente en la económica. La
Iglesia debe compartir con sus fieles y con todos los que depositan en
ella su confianza en qué utiliza el dinero y los recursos que se le han
confiado y de qué forma lo hace.
Por eso, es nuestra
responsabilidad es usar bien los recursos, implantar un buen gobierno
que va tan unido a la transparencia y poder ante todo contarlo con
claridad. Hoy en día existe una gran rendición de cuentas por parte de
la Iglesia tanto de su financiación como de sus actividades, y queremos
seguir avanzando en este camino.
¿Qué trabajos han permitido o han ido encaminados a una mayor transparencia económica?
Un
gran paso hacia la transparencia ha sido la aprobación de un Plan
contable común para todas las diócesis. Desde el año 2016 se cuenta en
el ámbito diocesano con el Plan contable para entidades diocesanas de la
Iglesia (una adaptación del Plan contable para entidades sin fines
lucrativos).
El
avance ha sido notorio, ya que, desde la entrada en vigor de dicho plan
contable, las diócesis españolas presentan sus cuentas anuales a la
Conferencia Episcopal cada año para la elaboración de la Memoria anual
de actividades, de forma homogénea y siguiendo para ello las
indicaciones del Plan e incluyendo el nivel de consolidación de
entidades para todas ellas.
De esta forma podemos informar más y
mejor a todos, cuál es la realidad económica de las diócesis, de dónde
proceden sus recursos económicos, y a dónde van destinados. Todas las
diócesis publican información económica actualizada en sus portales de
transparencia, y este año se han empezado a dar pasos para la
publicación también de forma conjunta de sus presupuestos económicos.
La
implantación del plan se encuentra aún en su fase inicial, y se sigue
trabajando por una implantación plena del mismo, que permita someter a
todas las diócesis a un proceso de auditoría.
¿Qué
esfuerzos han tenido que realizar las diócesis en los últimos años para
cumplir con los estándares actuales de transparencia?
Adecuarse
a las obligaciones que contemplaba la Ley de transparencia, ha sido un
gran desafío para todos. La Iglesia quiso dar respuesta elaborando un
plan de trabajo que permitiera ir dando paso a esta nueva forma de
trabajar. El Plan de transparencia de la CEE nace con el objetivo de
avanzar en el buen gobierno de las instituciones de la Iglesia y de
implantar medidas concretas de transparencia en todas ellas.
Y en
línea con este plan surge la Oficina de transparencia y el portal de
transparencia de la CEE y los portales de transparencia de las diócesis
que también son un claro ejemplo de este ajuste a la ley, ya que
responden a los requisitos contemplados en ella de publicidad activa.
Las
diócesis facilitan información de interés para todos los ciudadanos tal
y como establece la ley: en un lugar visible y accesible en su página
web, informan de quiénes son, cómo se organizan, cuáles son sus
políticas de actuación, de dónde provienen los recursos con los que
cuentan cada año para realizar su labor, y cómo contribuye a la sociedad
haciéndose presentes en las distintas actividades que realizan. Además,
los portales van creciendo y ofreciendo cada año información diversa
más allá de lo que dicta la ley. Información actualizada y comparable
año a año, que facilita que cualquier persona que así lo desee, acceda a
esta información y conozca un poco más la Iglesia.
¿Dónde han hecho los mayores esfuerzos?
El
esfuerzo que se ha hecho desde el inicio en las entidades de la Iglesia
ha sido enorme. Una de las mayores dificultades que han surgido a la
hora de hacer realidad el Plan de transparencia de la iglesia, es
implantar un modelo común, dada la multitud de entidades que forman
parte de la Iglesia, que tienen tamaños distintos, actúan con autonomía
propia, tienen diversas necesidades y recursos, etc.
Pero el
objetivo desde el principio ha sido compartido por todas ellas, y cada
diócesis ha caminado a buen ritmo, según sus características, avanzando y
dando pasos por el mismo camino. Al principio del proceso, pensar en
transparencia en una organización puede ser complicado, por eso, haber
sido capaces de plantear la transparencia en clave de inversión, ha sido
un reto que se ha superado ampliamente en toda la Iglesia.
¿En qué aspectos habría que mejorar?
La
transparencia es un proceso. Tenemos aún muchos retos por delante,
mucho trabajo que hacer y distintas áreas de mejora. Hay varias líneas
de trabajo iniciadas y en las que se sigue trabajando de forma
prioritaria. Es importante saber que la transparencia está al servicio
de la misión de la Iglesia, de evangelizar y de comunicar su identidad.
Somos conscientes de que aún hay muchas personas que desconocen qué es
la Iglesia en realidad. A día de hoy necesitamos ser capaces de
responder a lo que se nos demanda y de ser una Iglesia de puertas
abiertas, dejando paso a esta apertura informativa.
Por eso,
debemos seguir esforzándonos en darnos a conocer y aumentar la rendición
de cuentas que hacemos a la sociedad, pensando nuevas políticas de
comunicación y rendición de cuentas que nos permitan lograrlo.
¿Tienen
todas las diócesis el personal suficiente como para dedicarse en
profundidad a cumplir con los requisitos que exige la ley de
transparencia? Supongo que Madrid o Barcelona tienen más medios y
recursos que diócesis como Teruel, Cuenca o Zamora....
La
realidad de las 70 diócesis en España es muy diversa. Es verdad que
para estar “al día” en transparencia nos podemos encontrar con
dificultades, como por ejemplo la falta de recursos en algunas diócesis o
entidades. Sin embargo, la Iglesia sabe que siempre es bueno invertir
en transparencia y esto se refleja en su actuación desde la entrada en
vigor de la Ley.
Esta circunstancia no ha impedido que todas
ellas dirijan parte de su recursos, humanos y económicos, a implantar
portales de transparencia, sistemas tecnológicos de gestión,
herramientas de comunicación y rendición de cuentas a los fieles y a la
sociedad.
¿Las nuevas tecnologías que facilitan este tipo de gestiones están desarrolladas por igual en cada diócesis?
También
las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental en el proceso de
transparencia, ya que ayudan a implantar sistemas eficaces de rendición
de cuentas y de control interno en las entidades. Las nuevas
herramientas tecnológicas de las que ha hecho uso la Iglesia, como el
sistema de ERP para las distintas entidades, ha facilitado el trabajo de
las diócesis desde varias dimensiones: desde la mejora del trabajo y la
transferencia de buenas prácticas, hasta el desarrollo de un marco de
control interno global incluyendo controles clave en los procesos
significativos del funcionamiento interno de las diócesis como bienes
inmuebles, inversiones financieras, tesorería, subvenciones, donaciones y
legados, elaboración de la memoria y rendición de cuentas etc.
Además,
contar con una herramienta de gestión común también facilita la
revisión de la información tanto de forma interna, como externa y todo
ello a su vez, significa más transparencia.
Otra herramienta fruto del avance de la tecnología, es el portal donoamiiglesia, donde
se centralizan los donativos y se captan recursos de una forma
novedosa. Que cualquier persona pueda saber y elegir a dónde va su
donativo, también es transparencia.