El Mundial del 2006 podría salirle muy caro a Alemania
La federación teme una multa de más de 25 millones de euros derivados del escándalo de la Copa del Mundo de aquel año.
Frankfurt
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) admitió hoy por vez
primera, durante la presentación de su informe financiero, que podría
verse obligada a pagar unos 26 millones de euros (30 millones de
dólares) en concepto de impuestos atrasados que estarían relacionados
con el escándalo del Mundial del 2006. En su informe económico de la
pasada temporada, el organismo y su auditor de cuentas se remiten a un
escrito de la Hacienda de Frankfurt en el que la autoridad tributaria
anuncia que retira a la DFB su declaración de entidad de utilidad
pública después de 2006 y que, al desposeer al organismo de esta
condición, le obliga a hacer frente al pago completo de impuestos. «Esto
supone que la Federación Alemana de Fútbol tendría que pagar impuestos
atrasados e intereses por valor de 26,3 millones de euros», reza el informe financiero.
No obstante, tanto la presidencia como los abogados del
organismo parten de la base de que la retirada de la declaración de
utilidad pública de la entidad podría todavía evitarse mediante la presentación de un recurso.
«Estamos convencidos, en base a la información de la que disponemos,
que los motivos que exigen una nueva declaración de impuestos no están
justificados», indicó el tesorero de la DFB, Stepahn Osnabrügge, durante
la rueda de prensa de presentación del informe celebrada hoy en
Frankfurt. «Por esta razón, la federación no ha dispuesto en su cierre
del ejercicio 2016 ninguna provisión adicional por riesgo de impuestos»,
agregó.
Osnabrügge reconoció sin embargo que las «secuelas» del llamado escándalo del Mundial de 2006 iban a lastrar de forma considerable el presupuesto de la entidad.
En total, la DFB ya se vio obligada a destinar más de siete millones de
euros para intentar arrojar luz sobre lo ocurrido. Entre los gastos,
figuran tanto los honorarios que ha habido que pagar a los abogados, así
como los costes derivados del llamado «informe Freshfields», una
auditoría externa contratada por la DFB que estudia los presuntos pagos dudosos relacionados con el Mundial de 2006 que albergó Alemania.
La adjudicación del Mundial 2006 a Alemania está bajo sospecha de
corrupción por un dudoso pago de 6,7 millones euros que la DFB realizó a
la FIFA en 2005. El escándalo está siendo investigado por las autoridades judiciales alemanas y suizas.
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