viernes, 31 de diciembre de 2010

elPaís.com: Auditores, ¿competitivos e independientes?, por Ignacio Arroyo

Auditores, ¿competitivos e independientes? | Edición impresa | EL PAÍS

Ignacio Arroyo Martínez
31 DIC 2010  

El pasado 30 de junio se modificó la Ley de Auditoría de Cuentas, vigente desde 1988. La reforma es relevante pero ha dejado pendientes dos cuestiones esenciales: la concentración de poder y la independencia de los auditores.

Conviene recordar, en primer lugar, que los 22 años de vigencia de la Ley 19/1988 han probado la importancia y eficacia de esta norma al servicio de uno de los principios rectores, y constitucionales, de nuestro sistema económico: la libertad de empresa. Porque nuestras economías se asientan en esa doble libertad económica donde, por un lado, los agentes económicos son libres para iniciar cualquier actividad económica lícita, y por otro lado, una vez en el mercado han de respetar la libre concurrencia. Sin embargo, ese mercado libre y competitivo, difícilmente puede sobrevivir si no va acompañado de la transparencia informativa de las empresas, salvando la confidencialidad del know how del negocio. De ahí la necesidad de regular minuciosamente tres cuestiones esenciales: qué datos se deben publicar, cómo se prueba la veracidad y cuáles son las consecuencias del incumplimiento.

Un grave fallo del sistema: la empresa auditada nombra y paga a la empresa auditora

El ordenamiento español, siguiendo criterios aceptados internacionalmente y aplicando las directrices comunitarias, contiene un conjunto de disposiciones bajo la denominada legislación contable, en base a la cual los empresarios elaboran los datos contables, que ofrecen la imagen económica, patrimonial y financiera de sus empresas. Mas no todos los datos son públicos. Para salvaguardar la confidencialidad ("la contabilidad de los empresarios es secreta" proclama el artículo 32 del Código de Comercio), la ley exige publicar, mediante el depósito en el Registro Mercantil del domicilio social, únicamente las cuentas anuales; esto es, la memoria, el balance y la cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio. Con esos documentos, redactados o formulados por los administradores y aprobados por la junta de socios, tanto los propios socios, como los trabajadores, los acreedores, la Administración pública y en general los terceros, competidores o no, pueden conocer la situación del sujeto económico que opera en el mercado. A través de las cuentas se desvela la situación económica, patrimonial y financiera, se conocen los flujos y los cambios en el patrimonio, pero no se desvela cómo se han obtenido esos resultados, prósperos o adversos, del negocio.

Sin embargo, el sistema sería insatisfactorio si se confiara exclusivamente al propio empresario la elaboración, aprobación y fiscalización de sus datos contables, pues suscitaría el problema de la credibilidad, máxime en un mercado competitivo. Por tanto, un sistema de control, re-visión o auditoría resulta esencial, precisamente para garantizar que esa deseada transparencia informativa sea creíble por veraz.

Llegados a este punto, existen diversas técnicas al servicio de esa finalidad revisora, imponiéndose finalmente el de la auditoría externa, consistente en confiar a profesionales cualificados, ajenos e independientes, la valoración de la contabilidad, emitiendo opinión sobre la conformidad con los principios contables. El auditor no rehace la contabilidad, se limita a detectar, a través de técnicas universalmente probadas, que los datos contables responden a la realidad y se expresan con claridad suficiente. En definitiva, su informe, técnico e independiente, es garantía de fiabilidad de las cuentas publicadas por el empresario.

Publicadas las cuentas y revisadas por el auditor, el sistema resultaría incompleto si la inobservancia de las normas no llevara aparejada una sanción. Por eso la ley tipifica una serie de infracciones y sanciones, y distingue las referidas al empresario y las previstas para el propio auditor que incumple sus obligaciones. Pero más allá de las sanciones legales, las salvedades contenidas en el informe de auditoría constituyen la sanción más temida por el empresario, pues son un adelanto de la reprobación social y del mercado a su gestión contable. De ahí que, frecuentemente, la revisión contable permite corregir deficiencias, aclarar partidas, suplir lagunas y hasta rectificar errores, de suerte que las cuentas finalmente aprobadas y depositadas queden limpias de salvedades.

Llegados a este punto, es fácil comprender que el corazón de la disciplina contable descanse en la función revisora. Y más exactamente en la competencia e independencia de sus protagonistas: los auditores, únicos árbitros del sistema. Pero ¿son verdaderamente independientes? ¿Quién les nombra, quién les paga y quién juzga su labor revisora? ¿Y actúan en régimen de libre competencia? Contestando esas preguntas, la experiencia ha mostrado las graves fallas del sistema: la empresa auditada nombra y paga a la empresa auditora. Más delicado todavía: son los administradores los que contratan y pagan, por cuenta de la empresa, siendo ellos mismos los que formulan las cuentas objeto de la auditoría. Y en el sistema español, la cuestión deviene crítica, pues al no existir una Administración dual (en contraste con los ordenamientos alemán y francés que reparten las competencias entre el consejo y el órgano de vigilancia, o el italiano que encomienda el control de la legalidad a un colegio sindical), el poder se concentra en los administradores, reflejo directo de la misma mayoría que controla y aprueba las cuentas en la junta de accionistas.

O sea, la necesaria división de poderes se diluye, haciendo más necesario que el órgano de fiscalización sea no solo externo o ajeno al entramado societario, sino verdaderamente imparcial e independiente. ¡Imagínese un sistema judicial donde los jueces son contratados y pagados por el justiciable! Por otra parte, en referencia a la libre concurrencia, es sabido que cuatro empresas de auditoría (Deloitte, Ernst & Young, KPMG y Pricewaterhouse) se reparten el 90% del mercado de la auditoría de las grandes empresas españolas y europeas.

Ante esa situación fáctica cabe preguntarse: ¿Qué hacer para que el control de la veracidad contable esté en manos de expertos verdaderamente imparciales y competitivos?

La doctrina científica ha elaborado varios criterios para reformar el sistema vigente. Entre otros, los siguientes. Auditores funcionarios pagados directamente por el Estado, e indirectamente por el empresario mediante un arancel o sistema tarifario. Nombramiento del auditor por un funcionario, llámese juez, registrador mercantil o autoridad garante del mercado, evitando así que sea designado por el empresario auditado. Limitación anual del mandato. Rotación obligatoria, prohibiendo la repetición con un mínimo de cinco, siete o diez años. Separación de las funciones de asesoría, contabilidad, auditoría y control de legalidad, declarándolas incompatibles. Agravación de la responsabilidad de los auditores. Fraccionar la concentración oligopolística, fomentando el consorcio de las pequeñas y medianas empresas de auditoría. Y desde luego sometiendo a auditoría pública a las propias empresas de auditoría.

Afortunadamente, de alguna de estas propuestas se acaba de hacer eco el Libro Verde para la reforma del mercado de auditoría europeo, anunciando así tiempos de reforma.

Pero más importante que las necesarias mejoras técnicas, lo relevante es el código ético. Comprender que el auditor se debe a su profesión, a sus conocimientos, y no a quien le nombra. Es un colaborador del empresario, pero imparcial e independiente; es decir, está al servicio de la función revisora, capaz de garantizar la fiabilidad de los datos contables para que el mercado pueda ser verdaderamente libre, leal y competitivo. Su trabajo es por encargo de uno, pero a favor y en beneficio de todos, de ahí que la solución pase por cuidar e insistir en los valores éticos de la profesión.

Ignacio Arroyo Martínez es abogado y catedrático de Derecho Mercantil en la UAB.

laVozdeGalicia.es: Manuel Pardo: «Del informe de auditoría se deduce que han falseado las cuentas»

Manuel Pardo: «Del informe de auditoría se deduce que han falseado las cuentas»

El que fue líder del movimiento de pequeños accionistas volvió a poner contra las cuerdas a Lendoiro en la junta con acusaciones para las que el dirigente no tuvo respuesta

a coruña/la voz.

Después de no intervenir activamente en las juntas de accionistas de los dos años anteriores (2008 y 2009), en la primera en protesta ante la falta de información y en la segunda por asuntos personales, Manuel Pardo volvió a situarse frente a Lendoiro en la asamblea del pasado miércoles. El auditor puso, una vez más, contra las cuerdas al presidente del Deportivo con acusaciones y preguntas para las que el máximo mandatario blanquiazul no encontró respuesta.

-¿Qué sensación le queda tras esta nueva junta?

-Desilusión. Es el sentimiento que tengo, porque cada vez acuden menos accionistas. Y los entiendo. Yo voy porque quiero votar no y como ya he comprobado que delegando en Lendoiro con la orden de que vote no, a lo que está obligado, no lo hace, pues no me queda más remedio que acudir, exponer mis argumentos e introducir yo mi voto en la urna.

-¿El movimiento del 2007 sirvió para algo?

-Pedíamos transparencia en las cuentas y ahora la hay. Muchas de las cosas que yo decía antes de esa fecha en las juntas eran hipótesis. Ahora, no. Todo viene reflejado. Y por eso, cuando ahora subo al estrado y digo lo que digo, me limito a leer lo que dice la memoria y lo que dice el informe de la auditora. Y por eso digo con certeza, no especulo, que hay un agujero de 83 millones de euros, pérdidas no declaradas... 

-El miércoles echó mano del Código Penal. ¿Era una amenaza al consejo de administración?  

-No, a ver. Yo dije, y lo reitero, que le artículo 290 del Código Penal señala que los administradores de una sociedad que falseen las cuentas anuales u otros documentos serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses. Yo no digo que eso vaya a suceder. Pero hice esa precisión porque del informe de auditoría se desprende que han falseado las cuentas. En concreto, en los puntos del 4 al 7, y el 8 y 9 hablan de salvedades concretas que afectan a las cuentas.  

-Entre usted y Lendoiro se ponen a hablar de activo, pasivo, fondo de maniobra, amortizaciones, deuda neta, bruta... y la mayoría de los accionistas se pierden. Por ejemplo, ¿el agujero de 83 millones del que habla de dónde sale?  

- El agujero consiste en que desde que este consejo se hizo cargo ha cometido una serie de irregularidades para cubrir pérdidas. Ha incumplido la normativa contable. Esto es que, si uno tiene previsto cobrar en los próximos años un millón de euros por su nómina, pues ya lo cuenta como activo, es decir, como dinero que ya tiene, cuando es posible que, por lo que sea, su empresa no le pague o que deje de trabajar o lo que sea. Lo de la tasación del estadio es como si alguien vive en un piso alquilado y el valor del piso lo pone como activo, diciendo que es suyo ese dinero. Eso no puede ser.

jueves, 30 de diciembre de 2010

laVozdeGalicia.es: Lendoiro aprueba con las acciones delegadas unas cuentas con numerosas irregularidades

Lendoiro aprueba con las acciones delegadas unas cuentas con numerosas irregularidades

El máximo mandatario se negó a responder a la mayoría de las cuestiones relacionadas con la auditoría

a coruña/la voz.

Los accionistas del Deportivo aprobaron las cuentas de la temporada 2009-2010 presentadas por Lendoiro y que habían sido denegadas por la empresa auditora por encontrar en ellas diversas irregularidades e incertidumbres. Lo hicieron en un gélido colegio Santa María del Mar, al que solo acudieron 42 socios (incluidos los miembros del consejo de administración) y en una junta que Lendoiro volvió a controlar gracias al voto delegado. El dirigente blanquiazul fue acusado de ocultar pérdidas por casi seis millones de euros y de haber creado un agujero en el club de 83 millones de euros (casi 14.000 millones de pesetas).

La primera de las juntas, la ordinaria, se celebró con una representación de 26.737 acciones, de las cuales, alrededor de 25.000 correspondían a la delegación que presentaron Lendoiro y sus tres consejeros, sin que, una vez más (a la espera de comprobar lo que recoge el notario en el acta), acreditara la veracidad de esa delegación.

Según manifestó, ayer estaba representado el 20,53% del capital social, que situó en torno a 8 millones de euros, cuando realmente solo está escriturado y registrado por 4,5, situación que un accionista exigió que constase en acta.

Tres de los cuatro puntos del orden del día -las cuentas anuales, con una deuda reconocida por el club de 107 millones de euros, la gestión del consejo, el resultado del ejercicio y el nombramiento de auditores- se aprobaron con un resultado de 26.716 votos a favor y 21 en contra. El cuarto punto, referente a la continuidad durante tres años más de Olszewski como empresa auditora fue aprobado por unanimidad. En este sentido, incluso los más críticos aprobaron su continuidad.

En la segunda de las juntas, la extraordinaria, hubo una representación del 20,44% del capital social, y se aprobó un presupuesto de 52,8 millones de euros (Lendoiro cobrará el 1%, es decir 528.000 euros) para la temporada 2010-2011, así como la composición y retribución de los consejeros. En el primero de los puntos hubo 15 votos en contra y 18 en el segundo.

Con la tranquilidad de presentarse con más de 25.000 acciones delegadas, Lendoiro volvió a negarse a responder a numerosas cuestiones.

Como viene siendo norma en los últimos años, aquellas preguntas que le hicieron los accionistas más críticos obtuvieron la callada por respuesta o una contestación que nada tenía que ver con lo que se le había preguntando. Fue lo que sucedió cada vez que algún socio le recordó el informe de la auditora Rocío Díaz-Andino. Al respecto, solo dijo que las irregularidades que la auditora había denunciado en su informe eran «una interpretación libre» de ella.

Los socios que intervinieron destacaron la mala situación económica del club y el «maquillaje contable» que -«un año más», según subrayó un accionista- presenta el dirigente en las cuentas.

Del mismo modo, pidieron explicaciones -que de nuevo Lendoiro se negó a dar- de por qué figuran 30.331 euros de beneficio, cuando el informe de auditoría reflejaba pérdidas por 5,8 millones; o por qué se gastaba en personal 1,7 millones -«según figura en la memoria de cuentas», especificó Manuel Pardo- o en cargo a qué las empresas del grupo le facturaron el pasado ejercicio 1,8 millones de euros.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

laVozde Galicia.es: Lo que Lendoiro nunca responde en las juntas

Lo que Lendoiro nunca responde en las juntas

Numerosas son las dudas sobre su gestión o la judicialización del Deportivo que el dirigente acostumbra a no resolver a los accionistas 

a coruña/la voz.

Un año más, Lendoiro someterá su gestión al voto de algunos accionistas. Cada vez son menos los que acuden a las juntas, cansados ante la falta de respuestas y argumentos de Lendoiro. Estas son algunas de las cuestiones que están en el aire y sobre las que el dirigente nunca se ha pronunciado o no ha dado una respuesta convincente.

DEUDA CON LAS ADMINISTRACIONES

¿Cuánto debe realmente a Hacienda? La deuda con Hacienda es uno de los grandes misterios que rodean la gestión de Lendoiro. En algunos ejercicios, los intereses que aseguraba haber pagado no coincidían con los que debería abonar en caso de que la deuda fuera la que él decía. Este año, la auditora asegura que el club no le ha facilitado «la composición del saldo con la Agencia Tributaria y sus vencimientos, lo que dificulta adicionalmente el cálculo de los intereses a devengar en resultados y a pagar a la Hacienda Pública». También dice que hay intereses por valor de 3,5 millones de euros que no ha incluido en las cuentas. Además la deuda ha ascendido cuando Lendoiro dice que el año pasado pagó 15 millones de euros al fisco. Y todo, a pesar de que el Deportivo está encontrando en la Agencia Tributaria todo tipo de facilidades. De hecho, de nuevo este año solicitó un aplazamiento por cuatro millones de euros.

AUDITORIA

¿Por qué ocultó durante semanas el demoledor informe de Olszewski? Muchas de las acusaciones que decenas de veces ha escuchado Lendoiro en las juntas por parte de sus accionistas han sido reflejadas en el informe de auditoría firmado por Rocío Díaz-Andino y sobre el que la censora no ha querido omitir una opinión, alegando que el club no le había ofrecido datos suficientes para poder comprobar que todo lo que decía la entidad sobre su estado financiero era cierto. Además, también sostiene la auditora que algunas de las informaciones que sí le había facilitado el club le generaban dudas, en algunos casos, y otras había comprobado que no eran correctas. Un informe demoledor que Lendoiro ha tratado de ocultar en medio de una niebla de números sobre deuda neta, bruta y morosos. ¿Por qué la auditora hace esas salvedades? ¿Por qué le ha ocultado datos? ¿Por qué otros que sí le ha facilitado no eran correctos?

INGRESOS

¿Por qué dicen las cuentas que ha cobrado cuatro millones por los derechos que tenía sobre Canales y la auditora dice que solo 2,25?

Una de las críticas que hace Rocío Díaz-Andino en su informe es que Lendoiro puso en las cuentas que había cobrado cuatro millones de euros por Canales y que el contrato de venta (entre el Santander y el Madrid) que a ella le presentaron reflejaba solo 2,25 millones de euros. De ahí salen 1,75 millones de los más de 5,7 que la auditora observa que perdió el Deportivo el año pasado. ¿A qué se debe ese baile de cifras cuando en el apartado referido solo se pueden expresar las cantidades percibidas, no las que se prevé que se puedan cobrar? Y si ya ha recibido el total de la parte que asegura que le corresponde, ¿por qué dice que le sigue debiendo dinero el Racing? ¿Es por la venta de algún otro jugador?

DERECHOS FUTUROS

¿Sobre qué jugadores tiene opciones por valor de 8,3 millones de euros? Desde hace varios años, Lendoiro incluye en sus cuentas que tiene opción sobre los derechos federativos de jugadores para ejercer en un futuro por valor de 8,3 millones de euros. Año tras año la cantidad se mantiene. Inicialmente podría pensarse que se trataba de Sergio Canales y, quizá, algún otro. Sin embargo, una vez que el Racing ya vendió al futbolista al Madrid y el Deportivo asegura haber cobrado (no se sabe si todo o parte), ¿por qué sigue apareciendo la misma cantidad? ¿Tiene el Deportivo opción sobre algún otro futbolista hasta alcanzar esta importante cantidad? ¿Sobre qué jugadores?

TRASPASOS

¿Por qué se incluye en las cuentas el traspaso de Rubén al Betis y no el de Filipe al Atlético? Resulta extraño, pues, siempre según el Deportivo, el de Filipe Luis se realizó una semana antes que el del delantero grancanario. Sin embargo, el del lateral brasileño no será incluido hasta el próximo ejercicio, según ha asegurado Lendoiro.

FIRMA DEL AUDITOR

¿Sabe quién ha falsificado la firma del auditor en el informe que permitió al Deportivo obtener la Licencia UEFA en el 2007? Tres años después de que el ex auditor del Deportivo, Fernando A. Santodomingo, denunciara que él no había elaborado ni firmado dos de los informes que el club coruñés envió a la Federación Española de Fútbol para obtener la Licencia UEFA, las pruebas caligráficas ya han confirmado que la rúbrica fue falsificada. Es indudable que son muchos los accionistas que se preguntan si Lendoiro sabe quién cometió tal irregularidad. Como máximo responsable del club, debería dar explicaciones de cómo puede suceder algo tan grave bajo su gestión.

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN

¿Por qué ya solo le quedan tres directivos? De los diez (ocho de ellos comenzaron con él en 1988) que tuvo durante su etapa como presidente del Deportivo, a Lendoiro solo le quedan en la directiva tres de sus consejeros: su cuñado Felipe Marcos, Francisco Dopico y Jesús Rebollo. Poco a poco, el resto le han ido abandonando, incluso sus más íntimos, como Javier Chaver, quien, en medio de una profunda crisis institucional, optó por bajarse del barco el año pasado.