La farmacéutica Grifols se ha convertido en las última semanas posiblemente en el valor más volátil del IBEX 35. Es capaz de subir casi un 4%, como lo ha hecho hoy, como es también capaz al día siguiente en la misma proporción y encabezar las pérdidas del mercado.
La multinacional española de hemoderivados Grifols ha subido este lunes el 3,91 % en Bolsa, después de las fuertes caídas que ha registrado a lo largo de este mes de marzo, cuando regresó a niveles de cotización de 2012, con un precio por acción de poco más de 8 euros.
Al cierre de sesión, Grifols ha sido el valor más alcista del selectivo español, el IBEX 35, con el mencionado 3,91 %, situándose la acción en 9,042 euros. La compañía reduce las pérdidas en lo que va de año al 16,04 %.
Grifols ha registrado importantes caídas a principios de este mes de marzo, como importantes subidas, especialmente en la última semana, después de que la empresa comunicara en febrero que lanzaba un plan de ahorro de 400 millones de euros anuales que incluía el despido de 2.300 empleados.
Tan solo seis días después, se conocía también que el presidente ejecutivo de Grifols, el estadounidense Steven F. Mayer, dimitía de su cargo «por motivos de salud y otros motivos personales», siendo sucedido por el suizo Thomas Glanzmann, consejero desde 2006 y vicepresidente desde 2017.
Según el analista de IG Diego Morín, los acontecimientos de incertidumbre global y la volatilidad en la que se encuentran los mercados han lastrado al valor, de ahí que la compañía se haya visto obligada a realizar ajustes en su estructura, sobre todo, para ahorrar costes tras unos últimos años bastante complicados.
Morín ha subrayado que la empresa ha tenido ligeras mejoras, pero el alto apalancamiento sigue siendo un lastre para el valor, cobrándose la desconfianza de los inversores y también de la banca de inversión.
Asimismo, ha destacado que la reducción de la deuda sigue siendo uno de los principales objetivos que debe tener el grupo de cara al año 2024, y ha incidido en la compleja «situación financiera» de la compañía, con una deuda elevada y un Ebitda bajo.
Para el analista, una de las «salidas» sería mediante desinversiones, después del aumento de los costes en la recolección de plasma y de la dimisión de Mayer como presidente ejecutivo.